Para Raztudio Media. Sobre la censura.
CENSURA Y GORE
“Enjoy this sick fuck doing
these sick shit” Así introducía la página, ahora censurada el video del “asesino serial
de gatos”, descuartizador, caníbal, necrófilo y actor porno Luka Magnotta,
donde se ve con claridad cada una de éstas acciones.
¿Por qué hizo lo que hizo? No
lo sé. No me interesa. No lo entendería de cualquier forma. Incluso la
descripción es suficientemente amarillista, como para ocuparme más al respecto
del video. Las consecuencias, duales, como suele suceder con las expresiones de
violencia explícita, son las que me ocupan. Sobre todo cuando la exigencia del
mundo es la libertad de expresión y la defensa del exceso de información a toda
costa; que quiérase o no, incluye estos actos.
¿Cómo manejar la información,
el contenido del gore no ficticio? ¿Qué hacer con el festín de la muerte, los
blogs de narcotraficantes mostrando mutilación, los videos de torturados de Abu
Ghraib y las exposiciones grotescas como arte de masas? ¿Habrá qué condenarlo,
restringirlo, mentir al respecto? ¿La barbarie humana tendría que ser
condenada? ¿La libre expresión lo permite todo?
ILUSIÓN COMO SOLUCIÓN
Censura es el resultado con
ésta clase de videos y también la “solución”. La paradoja de la censura es el
nihilismo de la libertad que hace de Luka un “dios” y del video un homenaje a
la barbarie y la atrocidad. La efectividad de la “solución” enaltece la
paradoja. En la actual época del terror las consecuencias son las mismas que en
siglo XIX en Francia: los decapitados se vuelven parte medular de la historia,
héroes o “dioses”
La censura, se sabe, incita a
ver o escuchar las cosas que se intentan ocultar –como los narcocorridos, esa música popular
mexicana que exalta las hazañas y convierte en héroes a los narcotraficantes.
En el caso del video de Magnotta, nos oculta la crueldad humana de la que
formamos parte como raza. Además, nos oculta aquello que habita en nosotros,
aunque ignoremos que nos habita o nos repugne pensar siquiera, que eso vive
como gusano dentro de la manzana. La humanidad, en busca de su felicidad,
demuestra que somos malos. Así, con el categórico moral. La maldad, esa que
repelemos para convivir, existe y, no dejará de ser noticia y primera plana en
los diarios.
La censura del video fue un
poco más allá cuando se envió a prisión al administrador de la web, donde
apareció por primera vez el video. Los argumentos: el medio por donde
vemos el acontecimiento incita al horror. El administrador “manipula nuestras
mentes” ya de por sí enfermas; debe ser censurado el video y castigado el difusor.
Dejemos a un lado que la lógica no me cuadre; es decir, que el argumento no sea
argumento, pero esa es la "justificación" y, ya con eso a quién le
importa que la lógica cuadre o no.
¿Para qué castigar al
administrador? No se sabe con certeza. Pero seguro han de pensar que encerrando
al chivo expiatorio se anularan otras imágenes violentas o actuaciones
semejantes que sin duda seguirán sucediendo; inclusive, que con ello
desaparecerá el acto de Luka; que es un método preventivo contra la
violencia,que ello evitará que se cambie de servidor web, de ser
descargado en un Ipad e incluso como si hiciera alguna diferencia, han de
pensar que la censura hace la diferencia. No obstante, ni con lo mejores
censores del siglo XX, es decir Hitler, Mussolinni y Stalin, ni con los
inquisidores se logró alguna diferencia. La ciencia se practicó, los judíos
seguían haciendo rituales en los campos de concentración, los gitanos seguían
siéndolo, y los rusos en Sibería escribieron librotes.
Ninguna autor excomulgado por
la iglesia, ha dejado de ser leído.Los Tucanes de Tijuana se escuchan igual o
más y mucho menos la censura evitará que encontremos y veamos el video de Luka.
Tampoco evita sus consecuencias nique los fans de Magnotta hagan páginas web
enalteciendo su persona y actos;que difundan sus fotos, sus películas
pornográficas, su biografía, que se escriban libros sobre él o las bromas para
ridiculizar y minimizar su violencia: “living la vida Luka”; “quiero tu
picahielo”, “Honestamente ¿quién no haría el amor con alguien así?”
La censura es el gran mito de
la chaqueta: si te la haces te quedas ciego, te salen pelos en la mano o te
salen -se quitan- los barros. Ningún tipo de miedo, superstición o salud o no
epidérmica, evitará hacernos una chaqueta. Sentir placer en lo oculto. En todo
caso podríamos sentir repugnancia; pero no que lo hagamos o lo dejemos de
hacer; inclusive no elimina el deseo de querer hacerlo cuando nos reprimimos.
La censura es el dedo que
tapa el sol sin darse cuenta que el pulgar es la señal universal de aceptación.
El dedo señalando encontrará culpables siempre, pero sin buscar en las causas y
sin responder a las consecuencias. El único futuro de la censura como
“solución” es una Solución final: poner en práctica sistemática la eliminación
de todo aquello que no nos guste encontrando justificaciones, si bien nos va,
para nuestros prejuicios, moralidad, estética o política pública.
No sería raro que videos de
ésta índole, en un futuro cuenten con un copyright, donde incluso la ley SOPA
(de sesos) tendrá el deber de proteger la propiedad intelectual de los
contenidos gore, siempre y cuando no incurra en otras violaciones, como subirlo
a un servidor de contenidos piratas.
Censurar además, se piensa lo
“solución” más sencilla, aunque sea arbitraria e ilusoria. Pues parece que no
toma en cuenta que el exceso de información siga su curso, que páginas de
contenido sexual y violencia explicita cuenta con patrocinios para agrandar el
pene o bajar de peso, que los fans con relativa facilidad pueden cambiar un
servidor, agregarlo a sus blogs, y otras tantas maneras que hay para rescatar
un video de la censura. Así, mientras los censores rescatan al mundo por su
falta de valores ocultando un video violento, uno puede seguir comprando la
pócima mágica para que el pene le llegue a las rodillas y con la misma libertad
ver un par de sicarios decapitando a sus rivales o “fumándose al muerto”:
cenizas de muerto mezcladas con cocaína en una pipa o cigarro.
En Canadá, el consejo escolar
del equivalente al
medio superior, decidió expulsar a su profesor de 29 años
quién, en su clase de Historia y Cívica, por consenso de los estudiantes
22-3, mostró el video de Luka como parte de los eventos actuales que sufre el
país. ¿Cómo atender manifestaciones violentas si se censura también a quien
intenta educar al respecto, de hecho, con algo tan simbólico como lo es la
historia y la cívica? ¿No es eso precisamente, por esa carecía de cívica que se
actúa de ese modo? ¿Será que las personas con valores ya no creen en
ellos? ¿Se da por concluido que no es posible juzgar un acto como el de Luka
con viejos valores? Ni de broma.
Asimismo, la mayoría de
estudiantes también muestra, que en la medida en que lo siniestro se hace
visible, nuestra capacidad para sorprendernos se reduce, ya lo decía Nietzsche.
Al contrario, para sorprendernos nuestro deseo por la sangre tiene que ser
alimentado con manifestaciones cada vez más extremas, aún así, ¿cómo lograremos
un punto de satisfacción?
Dios Ha muerto. Pero como
nadie vio su cadáver -dice Onfray- hay que aceptar que “no existe, entonces
todo está permitido” Aquella cantata de los hermanos Karamazov de la que parte
Sartre en el Existencialismo es un humanismo, para afirmar que el hombre es
un ser carente de dios y su voluntad, de valores y ordenes, arrojado al mundo
en soledad; por ello “está condenado a ser libre” Condenado porque no se ha
creado a sí mismo, y libre puesto que ha sido arrojado al mundo donde es
responsable de todo lo que hace. En ésta medida de libertad exacerbada y
ausente de moral, todo está permitido. En el nihilismo, la falta total de
respeto a la vida del otro está permitida; más allá del castigo judicial. El
video por más tripas que remueva (en nosotros) está condenado a ser libre a
pesar de las implicaciones.
La idea de reconocer que a
diario nos vamos al carajo no implica faltarle al respeto a la vida. A nosotros
mismos. Algo está mal en el mundo, es cierto. Muchas cosas van mal ¿de qué
tantas tomamos postura y responsabilidad? Al final, como suelen reconocer los
filósofos, la libertad y los que eso signifique, es nuestra
responsabilidad.
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