Publicado en Playboy sobre el artista Neil Harbisson.
EL
ARTISTA CIBORG
Un ciborg es una criatura compuesta de
elementos orgánicos y dispositivos cibernéticos. Tiene como propósito mejorar sus
capacidades cognitivas y/o físicas, por medio de los avances
médico-científicos, robóticos o nano tecnológicos. A pesar de que la palabra
“Ciborg” nos remita a Robocop, quizá tu vecino planea convertirse en Ciborg… o
ya lo es.
La ciencia ficción nos hace pensar que los humanos cibernéticos, tienen cuerpos
futuristas o son el síntoma de una civilización decadente. No obstante, en el
2004 una nueva forma de incrementar el conocimiento, interpretar nuestro mundo
y extender nuestra percepción, se dio con el artista visual Neil Harbisson y su
Eyeborg. Una especie de antena
conectada a un chip en su cerebro, que desciende hasta sus ojos, logrando
percibir la luz como sonido.
TODOS SOMOS NARANJA.
Harbisson nació en 1982 en Belfast,
Inglaterra; y viendo el mundo en una escala de grises, por un padecimiento
llamado acromatopsia. Pero fue en el 2003, durante sus estudios musicales, que conoce
a un licenciado en Cibernética de Plymouth, Adam Montandon, que juntos
desarrollan el Eyeborg. Al principio,
Harbisson tuvo que memorizar el sonido de cada color. Sin embargo, con el
tiempo se
familiarizó con los sonidos, al grado que su inconsciente, creaba
sonidos electrónicos por sí mismo haciendo posible que soñara en colores.
El artista de descendencia española, tiene una manera muy peculiar de
relacionar los colores y sonidos, con lo que puede revalorar las percepciones.
Si vemos a una persona con un aspecto “siniestro”, para Harbisson, podría tener
un tono musical agradable, desprender un color verde o fucsia y con ello una
capacidad diferente de visualizar a las personas a través de sus sonidos. Lo
mismo con el sonido de la comida, los sabores dulces, amargos las grasas y los
transgénicos.
Los Sound Portraits son
retratos que Harbisson hace cuando escucha el sonido de sus caras. Así
descubrió el sonido de la cara de Woody Allen, Nicole Kidman y el de Moby. No
obstante, nuestros rostros poseen tonos y acordes específicos, en función del
tono de piel, que podría utilizarse como una llave para nuestra casa, auto u
oficina. Sin embargo, el ciborg afirma: “No hay pieles blancas ni pieles
negras, tomos somos naranja. Las pieles blancas son naranja claro y las
pieles negras son naranja oscuro.” Otra
manera de decir que el racismo carece de sentido.
El Eyeborg
le hizo dar cuenta a Harbisson, que su cerebro estaba cambiando, pues con
el tiempo, al escuchar un sonido también desarrolló la facultad de ver colores.
Así que encontró otra manera de relacionarse con el mundo con sus Color Scores: cuadros con una gama de
colores específica, que desprende la armonía de un Beethoven, por ejemplo.
Las consecuencias para nosotros, son darnos cuenta que un Picasso no
sólo se compone de rayas y colores, sino de una expresión musical que acompaña
a la pintura. Asimismo, que ya no es el oído lo que nos hará interpretar la
música de Beethoven, sino la vista con los colores que genera la música. De ahí,
que muchas nociones de lo que es el arte, cómo se interpreta y para qué, deban
ser revalorados. Sólo hay que pensar en cómo interpreta Harbisson una película
con el Eyeborg, al agregarle colores y
sonidos no perceptibles para nosotros.
Más que inmiscuirse en cuestiones estéticas, el inglés, con
la
coreógrafa Moon Ribas, se dedican a combinar el uso de la cibernética y las relaciones
color-sonido para la creación artística. Con ello revolucionan el teatro, la
ópera, el performance, la danza, y por supuesto la música y sus sonidos
electrónicos… Si bien, el cuerpo de Harbisson se expresa con sólo ver y
escuchar, para los artistas se creó un universo cibernético con una gama inmensa de posibilidades.
CIUDADANIA: CIBORG
En 2004 el gobierno británico prohibió
a Harbisson renovar su pasaporte para salir de Inglaterra, alegando que estaba prohibido
que saliera en la foto de su pasaporte con un dispositivo frente a los ojos, y llevar
un aparato electrónico en el cerebro. Después de la campaña de su médico,
universidad y amigos, defendiendo el derecho de conversión de Harbisson, el
gobierno reconoce al artista como el primer ciudadano Ciborg, le toma la foto
con el dispositivo, y legitima al Eyeborg
como parte de su cuerpo, cambiando así, nuestra noción de ciudadanía e
introduciendo al primer Ciborg en las políticas públicas.
Algunas comunidades que han recibido el Eyeborg son
estudiantes de braille en el Tíbet, y miembros de la
sociedad de ciegos en Ecuador, donde el vicepresidente Lenin Moreno, anunció
que su gobierno colaboraría con la fundación para crear Eyeborgs en 2011. Un año más tarde, la Universidad de Pernambuco, Brasil,
se unió a las colaboraciones, y se espera que a lo largo de los años, las
personas con anomalías genéticas, discapacidades de nacimiento, miembros
amputados y diversas enfermedades puedan convertirse en humanos cibernéticos.
Aunque Harbisson es el primer ciudadano Ciborg, somos parte de una red
cibernética, bien por cuestiones de salud, vanidad o sólo para diferenciarnos
de los otros. La
Muchos de nosotros no tenemos chips integrados en el cerebro, pero no
estamos lejos de una conexión cerebral a internet, chips de memoria contra el
Alzheimer o de pequeños implantes nano tecnológicos. En palabras del propio
Harbisson: “El ser humano está destinado a convertirse en cyborg; llevamos
siglos usando la tecnología como herramienta y el siguiente escalón es que pase
a ser parte de nuestro cuerpo.”
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